CINE: Crítica de “EL PASADO QUE NOS UNE” – Orfandad contemporánea.

Por Lucas Manuel Rodriguez


En ocasiones surgen traducciones de títulos internacionales que nos resultan risibles por su falta de compatibilidad en la renovada selección de palabras. ‘After the wedding’ es una excepción ya que su versión en América Latina puede ser más pertinente que la original. En esta oportunidad, Julianne Moore produce y protagoniza un remake declarado del homónimo drama danés-sueco de 2006. Acompañan los talentos de Michelle Williams y Billy Crudup, junto a esa posible nueva promesa que es Abby Quinn.

Theresa Young (Moore) es la dueña multimillonaria de Horizon Media, un conglomerado de medios mega exitoso, que está por firmar un contrato para financiar un orfanato localizado en India. Isabel (Williams) viaja a Estados Unidos para cerrar el acuerdo con ella, y en su primera reunión la invita al casamiento de Grace (Quinn), su hija mayor. Todo marcha bien hasta que en pleno festejo Isabel reconoce a Oscar (Crudup), su antiguo amor y esposo de Theresa, y pronto descubrirá que la mismísima Grace es en realidad la hija que tuvo con él mucho tiempo atrás.

Básicamente, una vez que se entiende por qué madre e hija biológicas fueron separadas el nivel de intriga se disuelve paulatinamente. Más allá de alguna revelación seductora, el elemento cautivador de la trama de ‘El pasado que nos une’ termina por perderse. Lo cual no quita que la película cuente con un nivel de acabado visual espléndido y atrayente en sobremanera.

No hemos destacado en vano a las estrellas en el comienzo. Billy Crudup es una escolta compasiva, Michelle Williams resalta en su benevolencia y Abby Quinn está bien alejada de esos personajes necios que demandan lastima en este tipo de relatos. Julianne Moore, obviamente, por su parte, es la figura en el tapiz y arrasa en circunstancias dramáticas bien merecidas.
Dicho de un modo metafóricamente grandilocuente, todo su aspecto sólido se desvanece en el aire. Tiene atributos por todos lados, de eso no hay duda, pero son apartados, notas al pie que confluyen en la totalidad de la obra. Obra que se achata y pierde un peso dramático que se vuelve calamitoso en su continuidad. Si van por lo que rescatamos en los dos párrafos anteriores, definitivamente no se la pierdan, no hay talentos desperdiciados; si van a la espera de una innovación narrativa en estos dramas familiares, darán de frente con un paseo frustrante.

5 de 10


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